El Servicio de una Chica

Era el último cántaro que vaciaba frente a los animales y aún tenía fuerza en sus brazos. Después de todo, no es sencillo satisfacer la sed de 10 camellos y de un desconocido. Ella tuvo que sacar alrededor de 1000 litros de agua de la fuente en la ciudad de Nachôr. Sí, la chica era tan sana y fuerte como para llenar y cargar más de 50 veces su pesado cántaro.

El viejo Eliezer la observaba maravillado. La señorita ha sido la respuesta a su oración. Ella se llamó Rebeca y era muy bonita, pero no de las bonitas que solo saben "chatear", no, Rebeca fue una chica servicial.

En aquellos tiempos las mujeres acostumbraban a ofrecer agua a los viajeros que estuvieran cerca del pozo a la hora de la tarde, cuando salian por el vital líquido. Nada las obligaba a darle de beber a los animales de los viajeros. Rebeca tenía un corazón muy noble que le dictaba ir más allá de sus deberes e interrumpir sus tareas hogareñas por hacer el bien.

Así inicia la historia de Rebeca en el libro del Génesis capítulo 24. Esta chica es un extraordinario ejemplo de servicio, en el cual, entre muchas otras, encontramos 3 enseñanzas.

1. El servicio puede llegar a ser un HÁBITO en tu vida. En cuanto detectes una necesidad, busca la manera de servir. El servicio debe ser un compromiso diario de tal manera que sea una característica por la que los demás te identifiquen. Rebeca no tenía la obligación de sacar agua para los camellos, ella lo hizo porque tenia el hábito de servir.

2. Hay que servir con ALEGRÍA. "Servir a Jehová con alegría..." (Salmo 100.2a). Servir nace del corazón. Rebeca sirvió de muy buena gana. Eso nos habla que era una joven con un corazón feliz. Las personas deprimidas se vuelven egoístas y solo piensan en ellas. Servir implica dar, y Jesús dijo: "Más bienaventurada cosa es dar que recibir" (Hech. 20.35b). Servir causa un gran gozo. Servir te hará más dichoso.

3. Servir es amar con ACCIONES. Una fe genuina se traduce en obras amatorias hacia Cristo, su iglesia y al prójimo, porque "la fe sin obras es muerta" (Snt. 2.26). Servir se trata de realizar acciones inteligentes, concientes y visibles. No sirve de mucho desear el bien a otros, sirve más hacerlo posible. Rebeca tan rápido como pensó servir, así lo hizo.

El servicio de la chica Rebeca impactó al viejo criado de Abraham, quien estaba acostumbrado a servir toda su vida. Nuestro servicio puede dejar huella y quizá seamos la respuesta de Dios a alguna oración de necesidad.

Vivamos amando. Vivamos sirviendo.