Irresistiblemente Atractivos

Ninguna persona es perfecta. Algunos roncan. Otros son tímidos. Encontramos también a los "todas mías" y a quienes cantan en el baño "Yo no nací para amar". Todos alguna vez hemos salido en las fotos con los ojos cerrados. Hay quien olvida siempre sus llaves. Unos pueden morar en medio del desorden y saber dónde está cada cosa. Están los que gastan su tiempo cazando pokemones en vez de leer un buen libro, etc. Todos tenemos defectos. Esas cosas que no publicamos ni que decimos cuando nos dicen: "háblame de ti".

Cuando Jesús, nuestro Señor, anduvo aquí en la tierra, tuvo una infancia, adolescencia y una juventud tan normales como la de cualquiera de nosotros. La Biblia dice en San Lucas 2.52: "Y Jesús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia para con Dios y los hombres". Jesús creció de forma integral y equilibrada. Este es el ejemplo que debemos seguir, hallando primeramente el favor de Dios y luego el de los hombres.

¿Qué características físicas tendría alguien con quien deseáramos estar? Algunos no les importará, ¡qué bueno!. Otros mencionará características referentes a sus gustos personales, basándose en la definición que se han formado de lo que significa ser "atractivo". Pero presta atención, Isaías 53.2 dice acerca de Jesús: "...no hay parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos". Físicamente no era atractivo y en su apariencia no había belleza o majestad que llamara la atención, pero algo lo hacía irresistible. Las mamás llevaban a sus hijos a Jesús para que los bendijera. Los muchachos lo aclamaron cuando entró en Jerusalém. Hubo adultos que lo reconocieron como el Maestro. No era su apariencia física lo que atraía a personas de todas las edades, sino lo que llevaba dentro, su amor, su misericordia, su bondad, su genuino interés por los demás.

Por lo tanto, el foco no es tu apariencia. ¿Andaremos como sea? No, mas bien lo de afuera es un reflejo de lo que llevas dentro. Si Dios mora en tu corazón, entonces te esforzarás en dar lo mejor de ti. Mostrarás caridad, gozo en tiempos difíciles, procurarás la paz con todos, serás tolerante con los que van aprendiendo, benigno, bondadoso y tendrás fe.... oh! Si, estos son las consecuencias, el producto, o como se le conoce, el fruto de la presencia del Espíritu Santo en tu corazón. La gente te conocerá por ser responsable, ordenado, puntual, respetuoso, un fiel amigo, una persona confiable, alguien con quien la gente guste disfrutar por mostrarles un interés sincero. Poseerás una atractiva esencia por la presencia del Espíritu Santo en tu vida. Entonces serás un ejemplo de los fieles (1 Tim. 4.12), de los que rigen sus vidas bajos los principios bíblicos sin apartarse.

Ser irresistiblemente atractivos no sucede solo, sino es una consecuencia de tu relación con Cristo. Una comunión constante y genuina con Dios se verá reflejado en el amor al prójimo. De hecho, el trato a tu prójimo no depende de cómo sea él contigo, sino de tu relación con Cristo. Un corazón rendido a Dios revela lo mejor de ti en todas las áreas de tu vida y por consecuencia, serás de bendición a otros.

Pero debes tener presente una ADVERTENCIA: Cuando tu luz brille más, habrá quien la quiera apagar. Jesús tuvo oposición, fue gravemente difamado y nada de eso lo distrajo de cumplir su ministerio. No perdió el tiempo tratando de limpiar su reputación. Si estas determinado en cumplir la voluntad de Dios, espera oposición y difamación, pero no permitas que te distraigan en el cumplimiento de tu asignación. Lleva tu caso al Señor quien es Juez Justo y sigue adelante. El llamado de Dios a tu vida es tan alto que nada debe detenerlo, por tanto: niégate a ser distraído.

Pasa más tiempo con Dios y más radiante lucirás. Su luz brillará en tu persona. Deja que Cristo viva en ti y no seas tú, sino Él en ti (Gal. 2.20). ¡Oh!, pero no lo andes parloteando para que la gente crea que eres "espiritual", es mejor que lo noten y te digan: "¡Wooow, tienes un no se qué, que atrae!". Y entonces tú les respondas: "Es Cristo viviendo en mi".

Que en tu vida otros vea a Jesús, atráelos de forma irresistible hacia Él: "Por tanto así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te repondré, y delante de mi estarás, y si sacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos". (Jer. 15.19). Se irresistiblemente atractivo, tanto que otros quieran ser como tú.